Un niño, un soldado y un asesinato, son algunas de las leyendas que abundan en este lugar.
Este
famoso callejón ubicado en Coyoacán, CDMX, alberga dos escalofriantes historias
llenas de dolor y horror.
La
primera historia tiene como protagonista a un militar, quien solía pasar por
tal callejón camino a casa y en muchas ocasiones se encontraba a un niño,
vecino del lugar, el cual lo miraba fijamente, y en ocasiones lo invitaba a
jugar con él, acción que el militar detestaba e incomodaba, tanta fue la insistencia
del niño con el paso de las semanas, que el militar, en un acto de
desesperación, lo ahorcó en un árbol de aguacate del lugar.
Las
personas y vecinos del callejón comentan que a media noche suele aparecerse el niño
ahorcado, al igual que si te acercas al árbol puede sentirse su presencia y
escucharse algunos gemidos.
La
segunda historia nos relata a una familia, quien era aficionada a jugar con la famosa
ouija, realizando diversas preguntas y contacto con los espíritus, hasta que un
día, en uno de sus ya acostumbrados juegos, un espíritu les dijo que alguien de
la familia los iba a traicionar, el padre, al ver esto, decidió que no sería
traicionado por nadie de su misma sangre, a lo cual mató a cada uno de los
integrantes de su familia, para posteriormente enterrarlos en el jardín de la
casa.
Pasaron
los días, y los familiares y vecinos del lugar al no ver la presencia de ningún
integrante, optaron por avisar a la policía, quien entró al lugar y encontró
toda la escena del crimen, hasta el cuerpo sin cabeza del padre asesino. La
historia nos dice que, hasta la fecha, nadie sabe en donde se encuentra o donde
quedó la cabeza del señor.
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